Reseña "El Enigma de la Pirámide de FeberJuegos".

Después de unos días sin reseñas, recupero la reseña que realicé en la BSK en 2008.

Tras la reseña de La Mansión de los Fantasmas de Feber, quizas el juego más popular de la firma, le tocaba el turno a El Enigma de la Pirámide, para mi, sin lugar a dudas el mejor juego que realizo Feber.

Muy superior a todos lo que llegó a publicar (incluso a la Mansión de los Fantasmas), y posiblemente el mejor juego de mesa de los años 80, realizado por una empresa española, con permiso de algunos de los grandes títulos de Cefa.

Si quieres saber porque, no te pierdas la reseña.

EL ENIGMA DE LA PIRÁMIDE DE FEBER

Bueno tal y como os prometí, vengo con la reseña del que quizás, fuera el mayor acierto de la firma Feberjuegos.

El Enigma de la Pirámide, fue el primer juego publicado y junto con La mansión de los Fantasmas el más popular de los que se llegaron a publicar.

Aunque las comparaciones son odiosas, el enigma tuvo algo que no consiguió al 100% su colega La Mansión de los Fantasmas, que fue, divertir.

Este juego es de largo el más completo y divertido de los que llegaron a publicar. Opiniones personales a parte, durante estas líneas demostraremos el porqué de esta afirmación y veremos como el conjunto global nos demuestra como este juego fue la mayor creación que consiguió Feber, tanto en los apartados de divertimento del juego, como con la calidad de los componentes, incluso con la acertada ambientación de la aventura, (recordemos que el juego fue publicado en 1983, en pleno boom de las aventuras de Indiana Jones). Feber consiguió un pleno que es capaz incluso de aguantar el paso del tiempo y divertir hoy en día.

 

COMPONENTES:

-Una pirámide en una pseudos 3D.

   -32 fichas de laberinto.

-3 Fichas de Tesoro

-40 Cartas de momia

-6 Exploradores

-6 cartones de heridas por explorador

-6 Tablas de Exploradores

-1 Maquina lanza rocas

-20 clavos

-5 rocas

-PUBLICIDAD EN TV!!!.


El juego ya empezó a romper moldes, cuando nuestros  televisores veíamos

la publicidad del juego y soñábamos con emular a Indiana jones, atravesando

pasadizos plagados de serpientes, momias y disfrutábamos ver como se

derrumbaban las rocas en la TV.

Si,  quizás fue de los primeros juegos mediáticos en una España con una 

democracia muy joven en la que no era tan fácil como hoy en día conseguir 

determinados productos, sobre todo de hobby, pues apenas había nada.

Ver la publicad en televisión de un juego de mesa, no dejaba como menos de

sorprender. Sin dudas, el juego se convirtió en un record de ventas en la 

campaña navideña del 83 y más de un padre tuvo que sufrir la gota gorda para

encontrar el juego.


-EMPIEZA LA AVENTURA.


Nada más abrir la caja el juego ya nos presentaba unas señas de identidad

propias, que se desmarcaban del resto de juegos que por aquel entonces

poblaban las estanterías de los grandes almacenes o de las juguetearías más

humildes.

El juego se presentaba con un tablero en un pseudo 3D, que se alzaba con

una rampa hasta el interior de una pirámide, donde al final del camino nos 

encontrábamos con las tres habitaciones del tesoro. El objetivo, simple, al igual

que otros juegos, ser el primero en llegar hasta la habitación del tesoro y 

saber escoger entre 3 sarcófagos cual era el correcto.


-DOS JUEGOS EN UNO.


El Enigma de la Pirámide, ocultaba en su interior a dos juegos en uno,

claramente diferenciados.
Nuestra aventura empezaba a los pies de la pirámide, nuestros exploradores, 

los mismos personajes de la Mansión de los Fantasmas pero equipados con un

gorro de explorador y una fantástica mochila, diseñados y fabricados en goma 

para ser capaces de no resbalar durante la ascensión por la rampa en la

segunda parte del juego, tenían ante si un pasaje vacío que iríamos rellenando

por turnos.

-PRIMER JUEGO, EL LABERINTO.

Delante nuestro observábamos un espacio vacío, con casillas marcada en las

que por turnos, cada jugador, iría cogiendo una ficha de laberinto y la pondría

en juego, al estilo de un tetris, Carcassone, Zombie, en la que se irían 

formando caminos para llevarnos hasta el final de la zona. Esta fase ganaba 

muchos enteros si se jugaba en plan “puteo”, pues hacíamos dar grandes 

rodeos a nuestros contrincantes, o llenarles el camino de salas con momias.

Como podemos ver, este diseño ha sido utilizado en los comentados juegos 

que hoy día gozan de un notable éxito comercial. Se podría decir que El Enigma

fue un precursor de este estilo, salvando claramente las distancias.
Durante nuestro avance por el laberinto, utilizábamos un curioso dado gigante,

que solo disponía de 3 números de movimiento, el 1-2 y 3. Mientras que en el

centro de la cara del dado y más pequeño, teníamos dibujados por puntos la

numeración clásica de los dados y que llevaban los 1-2-3-4-5 y 6, utilizados en

este juego durante los combates.
Los combates, eran sencillos pero efectivos. Simplemente tirábamos dos veces

el dado sumando los resultados de los números pequeños. Si este era superior

a la fuerza de la momia, ganamos, sino perdíamos, y recibíamos una herida

además de algún tipo de penalización típica de esta línea de juegos.

Lo que si que me gustaría resaltar llegados a este punto, es la magnifica

calidad de las ilustraciones de las cartas, muy superior a las ilustraciones de

juegos similares, incluso de otros juegos de Feber, es más, incluso hoy en día

levantaría los colores a más de un ilustrador de juegos actuales. Teniendo en 

cuenta la época y el tipo de impresión que se realizaba, es un gran merito que

cartas.

Pero como no todo puede ser perfecto, el único punto negativo de esta fase, 

era que debido al bajo valor de movimiento de personaje (no era superior a 3

casillas), se podía hacer un poco lento el avance y por tanto un poco pesado, 

añadido además que todos teníamos muchas ganas de llegar a la fase reina 

del juego, EL RELICARIO.


-SEGUNDO JUEGO, EL RELICARIO


Antes de continuar la aventura,  me gustaría hacer también hincapié al original

sistema de heridas del juego que también fue una de las grandes cartas de

presentación. Como he comentado anteriormente, cuando perdíamos algún

combate, debíamos realizar una tirada de dado, y teniendo en cuenta el valor

del 1 al 6, teníamos que marcar con una tarjeta de herida, la parte del cuerpo 

que saliera en el dado. (1 para la cabeza, 2 y 3 brazos, 4 y 5 para piernas y 6 

para torso) y ponerla en la plancha de plástico con la ilustración de nuestro 

personaje. Si recibíamos una segundo impacto en una zona herida previamente,

girábamos la ficha y el brazo, pierna etc. se agravaba, pasado de un pequeño

rasguño ha una herida más seria. Si recibíamos un tercer impacto, quitábamos

todas las heridas del cuerpo recibidas pero volvíamos al inicio de la fase donde

nos encontrábamos.
Era muy divertido avanzar por el juego viendo como nuestro explorador

evolucionaba en su aspecto físico.
Entremos ya sin demora a la fase reina del juego y la más celebrada y divertida.

La ascensión por el relicario.
Nuestros exploradores se encuentran en la parte inferior de una rampa. 

En frente suyo un largo camino por recorrer en forma de subida teniendo que

seguir sorteando combates con momias y en esta fase hace su presencia los

DESPRENDIMIENTOS.

Todos teníamos unas ganas enormes de darle a la maquinita de plástico que

provocaba que dependiendo de la casilla en la que se colocaba nuestro 

explorador debíamos solar 1, 2 o incluso 3 rocas. Todos seguíamos con nervios

y emoción el caprichoso movimiento de las pequeñas rocas que bajaban por la

rampa, golpeando contra pivotes de plástico, que colocados estratégicamente 

hacían variar el rumbo de las piedras.
Si nos golpeaba alguna roca, debíamos lanzar el dado y ver en que zona del 

cuerpo recibíamos el impacto.
La emoción iba en aumento a medida que llegábamos a la parte superior de la

rampa, pues el camino se estrechaba y el número de rocas que caían iba en 

aumento. 
Si llegábamos a este punto con demasiadas heridas en el cuerpo, teníamos 

 















todos los números para volver al principio. Por suerte existía en esta zona la 

habitación de la fuente sagrada, de obligada visita si estamos muy heridos, 

pues cada vez que entrábamos allí nos quitábamos una herida.

Ya casi alcanzamos nuestra menta, pero los chicos de feber, no contentos con 

todo esto nos guardaban una última sorpresa. Frente nuestro aguardaban tres

sarcófagos idénticos, solo uno tenia el tesoro, los otros dos escondían una

momia de fuerza 8, y una serpiente que nos hacia retroceder hasta el pozo,

habitación situada más o menos por el centro del relicario.
Acertar en cual se encontraba era el último paso antes de ser los merecedores 

del tesoro escondido en este enigma de la pirámide.

CONCLUSIÓN.
Bueno, como he comentado al inicio de esta reseña, estamos antes la obra 

maestra de Feber. Ningún otro juego de la línea FEBERJUEGOS llego a ser tan

completo, divertido y emocionante como este. Además juntando con la calidad

de sus componentes, las maravillosas ilustraciones sus originales 

planteamientos para la época , hacen sin duda que “Este Enigma de la pirámide”

uno de los grandes clásicos de los juegos de mesa de este país, Si podéis

conseguirlo por algún lado (Ebay, coleccionistas etc.), no dudéis en comprarlo,

pues lo agradeceréis y disfrutareis
Ante la pregunta de siempre, ¿Aguantaría hoy en día este juego?, la respuesta 

es SI, con matices lógicos. No es un juego para jugar con nuestros colegas

frikies un viernes por la noche, pero es sin duda el mejor introductor al mundo

de los juegos de mesa para los más pequeños, sin que los mayores que 

jugamos nos aburramos soberanamente.
Yo me despido esperando que hayáis disfrutado leyendo esta reseña tanto como

yo escribiéndola. 
Espero que nos leamos pronto reseñando otro juego clásico de la marca.


Un saludo.